domingo, 14 de agosto de 2011

POLVO AL SOL

POLVO AL SOL.

Israel Torres Hernández.

¿Happy end?

Actualmente Estados Unidos está tan mal que le faltan superhéroes, pese a tenerlos de sobra. Consecuencia de pésimas decisiones económicas y la polarización de bandos políticos, la crisis financiera no sólo origina zozobra en los sectores bursátiles, también prueba la confianza de la sociedad en sus pilares, entre ellos la cultura. En esta temporada de estrenos, y para revertir la mala racha en cuanto a ingresos, Hollywood promociona, entre otras, las versiones fílmicas del Capitán América, los Hombres X, Thor y Linterna Verde. Coincidencia o no, la aparición de esos bienhechores podría ser aliciente en vista del turbio panorama. No obstante, si la historia de Estados Unidos fuese un comic, el desenlace alegre está lejos de ser escrito porque a los guionistas les faltan dos elementos dorsales: quién o quiénes serían los villanos y cuál el o los personajes que salvarían a la nación.

A lo largo de su devenir, y desde su punto de vista, Estados Unidos ha tenido enemigos extranjeros, no particulares. Los motivos fueron diversos, la intención la misma: imponer sus prerrogativas. En el siglo XVIII los ingleses y las tribus indígenas que frenaban la libertad política y el dominio del territorio respectivamente; en el XIX los mexicanos, pueblo bárbaro, atrasado y católico; en el XX “el miedo rojo”: los soviéticos, los revolucionarios cubanos y los vietnamitas del norte; en el XXI Afganistán, Irán, Al Qaeda y Bin Laden, nombrados sin más argumento que los sofismas de George W. Bush como “ejes del mal”.

Científicos, empresarios, periodistas, nerds y soldados son las “profesiones” de algunos iconos norteamericanos. El Hombre de Hierro, Batman, Superman y el Hombre Araña son héroes de película, no de esta película. ¿Quién de ellos podría hacer que republicanos, demócratas, Wall Street, el Tea Party, los grandes consorcios y los habitantes caminen en igual ruta, en la que impere la justicia, no las componendas? De hecho, alguien que creyó apaciguar a los rijosos tras la Guerra Civil (1861-1865) fue asesinado: Abraham Lincoln.

En conclusión: Estados Unidos no está acostumbrado a ver la viga en el ojo propio. En el tiempo de crisis hay muchos bien intencionados, pocos capacitados, numerosos desesperados. De éstos últimos hay que tener cuidado. Cuando los índices de pobreza y desempleo eran alarmantes, Italia creyó en el fascismo de Benito Amilcare Andrea Mussolini para enmendar sus problemas. Pese a los discursos, la ola de racismo hacia los mexicanos en Estados Unidos crece y es reafirmada por leyes antiinmigrante como las de Arizona. Si la política no quita a los aliens, como ahora se les llama, hay grupos dispuestos a “colaborar”. El Ku Kux Klan ganó varios adeptos al afirmar la urgencia de medidas severas pero necesarias en tiempos de tribulaciones, de ahí que sus cenizas sigan ardiendo. Pensar que la mejor opción para el dolor de cabeza es un balazo, sería lo mismo que echarle polvo al sol.

isrtorres777@yahoo.com.mx

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