domingo, 9 de mayo de 2021

EMPARAN 49

 


Israel Torres Hernández 

“No como el expresidente”.

Cada 23 de abril es celebrado como el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. Esa fecha fue determinada en 1995 por la UNESCO, entre otras situaciones, porque en 1616 murieron Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare, referentes de las lenguas española e inglesa de manera respectiva. Ya sea en formato digital o impreso, las posibilidades de lectura aumentaron durante la pandemia del Covid 19. Según estadísticas anunciadas por el INEGI 3.7 % fue el promedio de ejemplares que los mexicanos leyeron a diferencia del 3.1% antes de la emergencia sanitaria. Uno de las causas de tal modificación fue quedarse en casa. O sea, el confinamiento hizo al lector. En seguida tres recomendaciones para festejar dicha efeméride.

         “El miedo a los animales” muestra cómo resistir y escribir a finales del siglo XX. Enrique Serna usa al personaje de Evaristo Reyes, un policía judicial con aspiraciones literarias frustradas, para exponer las “frivolidades” del ambiente intelectual y, al mismo tiempo, a la putrefacción del sistema de justicia institucionalizada. Las peripecias de ese héroe involuntario combinan ironía (publicación de su novela), drama (el comandante Jesús Maytorena y sus cómplices), intriga (asesinato del periodista Roberto Lima) y romance (la stripper Dora Elsa). Alerta de spoiler: la dignidad salva del instinto salvaje. Esta novela negra refiere varias canciones de las cuales destaca Spill the wine.

        “Un hilito de sangre” refiere a un integrante de la juventud ahora llamada millennial. Eusebio Ruvalcaba describe las vicisitudes de una generación que oscilaba entre el adelgazamiento de la hegemonía política del PRI y la formación de su identidad sexual-social a través de León Rosas Bernal. Este adolescente de 13 años reflexiona (aplica el prefijo hiper y el sufijo érrimo), tiene trucos (por ejemplo HG o Hazte Güey) para salir de cada problema (los caminos A y B). Es un muchacho amistoso, enamoradizo, inteligente, pícaro y solitario pero lo abruma una frase de su padre (ser algo de provecho) hasta que un chino le afirma “en la vida todo sel bloma, no tomalte en selio”. Y cuando le preguntan a cuál equipo le va responde Cruz Azul; el chiste se cuenta solo.

        “La plaza” analiza cómo una generación sobrevivió tras la matanza de Tlatelolco. Luis Spota relata las formas de adaptación de muchas personas al desasosiego por pérdida de amigos y familiares en 1968. A diferencia de otras obras con la misma temática agrupó a siete personajes (nombrándolos como los días de la semana) para enjuiciar a un jefe policíaco ya retirado. Luego de la ejecución hay una plática entre ellos que defiende su sentencia: ¿Para qué recordar si duele? Es mejor, lo sé, olvidar que estamos muertos; de ese modo resulta soportable, lo sé también, vivir la vida. Aquel octubre seguirá vigente porque nos enfrenta con algo peor: el desconocimiento.

         Finalmente, esa fue mi cuota a la estadística, ahora siguen las de cada quien. Desde la primaria la lectura ha sido enfatizada como vía para el conocimiento. “Lee y tendrás tema de conversación” aconsejaban los maestros. Las campañas publicitarias también invitan a leer veinte minutos al día. ¿Por qué es tan difícil adquirir ese hábito? Debería ser un descubrimiento personal, no obligatorio. Por ejemplo, no es lo igual “El principito” en la infancia que en la adultez. En consecuencia, hay autores y obras que nos gustan, otros los aludimos y algunos más los confundimos como el expresidente. “Che Guevara. Años decisivos” es mi sugerencia final para descifrar Emparan 49.


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