lunes, 26 de abril de 2021

EMPARÁN 49.

 

“Joven poeta que tanto prometía”. 

Israel Torres Hernández.

Francisco de Paula González Bocanegra murió el 11 de abril de 1861, mas no su obra. Conocido por ser el autor de la letra del Himno Nacional nació en San Luis Potosí, el 8 de enero de 1824, en una época intempestiva en la que el país vivió la transición del gobierno imperial de Iturbide al sistema republicano-democrático. Prueba de eso su tío, José María Bocanegra, fue presidente interino de México en 1829, en sustitución de Vicente Guerrero. Francisco de Paula tuvo una preparación amplia porque fue poeta lírico, crítico teatral, orador, articulista y dramaturgo, lo cual le permitió ganar el concurso promovido por el régimen de López de Santa Anna en noviembre de 1853. Tras 160 años su aportación sigue vigente como muestran los casos siguientes.
         Más si osare un extraño enemigo. En 1943 fue estrenada la película “Mexicanos al grito de guerra”. La trama consistía en las aventuras amorosas y bélicas del teniente Luis Sandoval (Pedro Infante) entre el periodo santanista, la Guerra de Reforma y la Segunda Intervención Francesa. El momento álgido es la batalla del 5 de mayo de 1862 en Puebla. La victoria es conseguida, de manera providencial, cuando Sandoval interpretó el Himno para alentar a las tropas mexicanas. Por así decirlo, la audiencia también se “alistaba” en el ejército de Ignacio Zaragoza para proteger a la nación (como lo hizo en la realidad el Escuadrón 201 durante la Segunda Guerra Mundial). Patriotismo fílmico que continúa ahora en streaming.
        Ciña ¡oh patria! tus sienes de oliva. En los Juegos Olímpicos de Londres 2012 la selección masculina de futbol alcanzó el galardón más importante de su historia: la medalla de oro. Ese triunfo de 2 goles a 1 sobre Brasil fue celebrado como ningún otro. Ni las preseas obtenidas en atletismo, boxeo, equitación, halterofilia, natación o Taekwondo fueron tan significativas. Lo vibrante fue la entonación del Himno en la ceremonia de premiación en el Estadio de Wembley, la cual se extendió a cientos de casas y ciudades de México debido a las transmisiones de los medios informativos. Narradores y patrocinadores también coreaban el “sí se pudo” porque subían el rating. Un partido “simple” se volvió una “gesta” que el marketing y la afición hicieron suya.
        Y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón. El sismo del 19 de septiembre de 2017 volvió a recordar la fragilidad de las construcciones pero no de la gente. Como pasó en 1985 muchos fueron a las zonas de desastre, en varias regiones del país, para ayudar o rescatar según sus posibilidades. Entre escombros y la desolación cada quien acudió con la voluntad de ser útil. Con dignidad y respeto, la única manera de recordarles por qué estaban ahí fue cuando cantaron el Himno. Solidaridad fue la sensación emergente que cimbró al unísono cada voz y cuerpo.
        Por último, la letra de González Bocanegra no tuvo premio pero sí júbilo perenne. Aunque ganó el certamen entre las 26 composiciones participantes no recibió dinero. Algo más fue su recompensa. Con música de Jaime Nunó y las voces de Balbina Steffenone y Lorenzo Salvi, el Himno Nacional fue estrenado el 16 de septiembre de 1854 en el Teatro Santa Anna. Luego de siete años, Francisco de Paula murió de tuberculosis y sus restos fueron llevados después a la Rotonda de las Hombres Ilustres. Aquel “joven poeta que tanto prometía”, como la prensa de entonces lo nombró, sigue presente, igual que la reunión en Emparan 49.

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