POLVO AL SOL
Israel Torres Hernández
Voz de
la libertad fulgurante.
Nacido
en Chiautla de Tapia en 1892, Gilberto Bosques Saldívar fue ejemplo
de humanismo. Debido al 120 aniversario de su natalicio, las
autoridades estatales y de aquel municipio lo homenajearon por sus
méritos como diplomático durante el
período cardenista al participar en el rescate y salvación de
numerosos migrantes y disidentes en vista de la Segunda Guerra
Mundial. Durante su labor como cónsul general en Francia, dominada
por los nazis, enfrentó contrariedades para defender el derecho de
asilo a favor de perseguidos españoles, judíos, italianos y
franceses. Alrededor de 40 mil fueron salvados de la tortura,
fusilamientos o los campos de concentración. Por ello, junto a otros
políticos también opositores a Adolfo Hitler, estuvo en cautiverio
en Bad Godesberg, cerca de Bonn, por más de un año hasta que por un
acuerdo entre regímenes regresó al país con su familia. Terminada
la conflagración estuvo en Suecia y Cuba, donde conoció la
transición gubernamental de Fulgencio Batista a Fidel Castro. Y
cuando los designios de Estados Unidos, en el marco de la Guerra
Fría, buscaban aislar al revolucionario en la OEA votó en contra de
tal proyecto. No obstante, este testimonio prueba el interés por
asuntos internos previos al movimiento de 1910.
“Puebla era una bella ciudad transparente. Vista desde arriba, sus
torres concertadas parecían piezas de ajedrez en tablero de
rectilíneos cuadros. Vivía una pulcritud cristalina y horas
sosegadas, en las que, por aquel entonces, empezaba a injertarse la
inquietud política de los estudiantes”.
“La
pequeña urbe provinciana estaba regida por un alcalde de grave
casona con escudo de armas, por un jefe político –brazo cruel de
tiránica autoridad superior- y por un gobernador de sabe y
entorchados como el dictador metropolitano”.
“Eran
los últimos años de la primera década del siglo. De los talleres y
campos venía una inusitada voz, amanecida en la vieja tribulación
del pueblo. La voz llegaba a las finas antenas de la juventud, que
iba tomándola para nutrir con ella su fresca y solidaria
comprensión”.
“En
un día estremecido de la historia, surgió la esperanza militante de
Madero. Todos los muchachos del Instituto Normal siguieron las
banderas de la lucha cívica, y después, muchos de ellos fueron a la
lucha armada”.
En
conclusión: el ideal de Gilberto Bosques Saldívar permanece al
igual que la injusticia. Luego de ver la actuación de Chaplin en “El
gran dictador”, el escritor Ray Bradbury mencionó que el humor es
un arma valiosa para denunciar la corrupción. Sin duda, notable
comentario. Pero como la sinrazón se esconde o aprovecha cualquier
espacio para emerger a sangre y fuego, mientras haya más formas de
bloquearla habrá una sociedad conciente de su ingenio y libertad. De
ahí que la ironía funja a veces como único medio para hacerle la
Britney-señal a la ineptitud. No reírse cuando un noticiero haya
puesto del Bosque en vez de Bosques es echarle polvo al sol.
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