domingo, 26 de febrero de 2012

Concierto

Columna en El Popular.

POLVO AL SOL

Israel Torres Hernández

Señor

Cuando mi hermano menor está por casarse me doy cuenta de muchas cosas, entre ellas la edad. Ya no lo veo preocupado por cuidar los Hot Wheels que le habían traído los Reyes Magos y hacer en el patio de la casa una gran pista de lodo con tres carriles; no ver a abuelita Caridad para pedirle que lo mandara a la tienda y con el cambio a escondidas comprar unas papas; lavar la máscara de Fishman para nuestra función dominical de luchas después de ir a misa; vigilar que no robara las estampas que tenía para completar mi álbum de Mazinger o quitárselas al que guardaba en su mochila o no manchar la playera de Snoopy que le regalaron en su cumpleaños.

Los momentos de ese tiempo parecían ir lento, no nos inquietaba el mañana (salvo para levantarnos e ir a la escuela con la tradicional insistencia de mamá de que así dios nos ayudaría) ni el que dirán porque éramos menos fijados en los asuntos del otro, cada quien por su lado, además de pertenecer a cronologías diferentes -1979/1984-. En consecuencia para mí fue la televisión, los libros y el metal; para ti el internet, los motores y la cumbia. El único lazo es la afición por el Puebla, nuestra herencia paterna. En estos días tienes otros asuntos.

Luego que en diciembre sorprendiste a todos al presentar a tu novia, te veo distinto. Al verlos cantar la letanía, pedir posada, arrullar a la figura del niño, brindar por un año mejor y darse el abrazo de navidad (beso no porque todos los miraban aunque con discreción) comprendí no de golpe sino de un soberano trancazo que habías madurado. Por eso te recuerdo que…

1. Cuides el vitral con el escudo del Puebla que tanto he reclamado y a cambio no pediré lo que por derecho de antigüedad me pertenece al ser el primogénito: la caja de herramientas de papá. Puedes quedártela.

2. Adónde pondré la mochila con el escudo de Gonher que ganaste, junto a papá, al responder que González Hermanos es el significado de esa compañía. Bueno, la guardo para tus hijos.

3. Debes limpiar la medalla que te dieron por ser el mejor promedio de tu grupo de la primaria. Y, si tienes tiempo, también le des un trapazo a la fotografía de tu primera comunión. Las dos están en el rincón de la casa, por si lo habías olvidado.

4. Guardaré el secreto de que no cursaste el kinder. Después de todo a quién le importa si dueños de camiones y los choferes de los San Ramón te llaman con respeto “may”. Las clases de corte de figuras de papel y plastilina afortunadamente no fueron necesarias.

5. Si vas a traer un coche a Xalapa o te llevan a una peregrinación a Juquila traigas unas playeras con dibujos representativos de esos lugares, y no con las frases de “mi hermano fue a Veracruz y me trajo esta pinche playera” o “vale madre, otra puta playera de Oaxaca”. Ya ves cómo mamá y los tíos cuidan esos detalles.

En conclusión: desde finales de abril serás llamado por todos señor Christian, faltaba más. Es más, los sobrenombres que tuviste como Ratón, Pequeñín y Casco ahora tendrán que llevar el prefijo señor como señal de tu nuevo status civil, es decir señor... etc. Cuando vayas con tu otra familia, como prueba de auténtica convivencia, puedes decirles que te digan de esa forma, y después llamaremos a tu esposa con los ciertos alias en recíproca atención.. Por ejemplo señora Nayeli del señor… etc. No considerar que la primera prueba del matrimonio, tras la luna de miel, sea aguantar los sobrenombres de la familia del cónyuge sería echarle polvo al sol.

martes, 14 de febrero de 2012

Programa de la materia México en el contexto universal

Este es el programa de la materia que deberán tener en la libreta según lo planteado en las disposiciones de la escuela sobre el orden de la libreta.


Este es el link

https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=explorer&chrome=true&srcid=0ByLoTtl19kVKYjI2ZjQ0MjMtMzYzNC00NzdjLWE4MTQtZTJlMWQ2NjBjM2Zh

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En la papelería está el encuadre.

Tarea 2. Unidad I. México en el contexto universal

Para la siguiente clase deberán tener estos mapas en la libreta. Sólo las figuras 2, 4, 5 y 6.

Este es el link
https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=explorer&chrome=true&srcid=0ByLoTtl19kVKZWMzMjg4OWItZWE4Ni00NTQ0LWI0M2ItZDdmYmIyZWYyZmY2

Concierto

Columna en El Popular.


POLVO AL SOL

Israel Torres Hernández

Hasta las últimas consecuencias (II), cuento.


En esos años México vivía la época del comunismo y la guerrilla. Fernando Gutiérrez Barrios, el secretario de Gobernación, te comisionó para eliminar esas amenazas. Para cumplir la misión, en representación del Presidente, a manos llenas te dio armamento, dinero, subordinados. ¡No desaprovechaste la ocasión! En persona o por instrucciones tuyas cientos de sospechosos fueron detenidos, sin averiguación previa ni orden judicial. A los hombres, colgados de los pies, les amputabas dedos, les quemabas el rostro o eran aventados a gran altura desde los aviones del ejército. ¡Ahora que vengan Lenin, Marx o el Che a salvarlos, maricones! A las mujeres, desnudas, les dabas toques eléctricos. Tus secuaces, además, se daban gusto con ellas violándolas. ¡Quién les dijo que eran guerrilleras, putas argüenderas. Nada más sirven para la cama! Salvar a la patria, decías, es una lucha a muerte en que sólo ganan los más vivos.

Al obsesionarte con el dinero y el poder descuidaste la retaguardia. Cansado de arrojar en desagües y terrenos baldíos decenas de cadáveres optaste por traficar autos robados en los Estados Unidos. Los dólares y tus nexos con la CIA te apoyaron, pese a las objeciones de tus superiores. No hay problema. Ni modo que vaya a perder con los pinches gringos. Estaría muy jodido. ¡Esa inocentada a tu edad, por favor! Preparada la trampa fue cuestión de esperar que cayeras. La vejez fue la única en traicionarte. En menos de cuatro meses se reunieron las pruebas. Sin la ayuda de López Portillo te hubieran recibido en Lecumberri algunos ex integrantes del Partido de los Pobres. ¡Y con lo rencorosos que eran! Entonces te hubieras dado un balazo con la pistola que te regaló de la Barrera. ¿México se olvidaría de un héroe como tú?

Ahora, en el jardín de tu mansión de Polanco, comienzas a escribir tus memorias. Tu mano izquierda, a la vez que usaba una lujosa pluma fuente -obsequio del nuevo presidente, ése del cambio democrático-, lucía un vistoso anillo que combinaba con tus ojos azules. Página por página justificabas tus acciones a favor de la seguridad. Miguel Nazar Haro, un orgulloso mexico-libanés, evitó la infiltración del comunismo. Esa es mi única defensa y justificación. Mientras la PGR se ufanaba ante la prensa: “Todos los crímenes del pasado no quedarán impunes. Caiga quién caiga”. Luego de apagar la televisión repetías con sarcasmo. Qué bueno que en este país siempre se investiga hasta las últimas consecuencias. Chingue a su madre el que no.

jueves, 2 de febrero de 2012

Columna en El Popular.


POLVO AL SOL.

Israel Torres Hernández

Hasta las últimas consecuencias (I) Cuento

Órale, “Arabito”, aquí tienes esto pa’ que trabajes conmigo- te dijo el comandante de la Barrera.

-¿Una pistola? -contestaste incrédulo por la amabilidad.

-Sí, para librarte de todo mal. ¡Hay cada infeliz suelto por las calles! En este negocio la suerte no siempre ayuda. ¿A poco has visto un judío sin pistola?- se carcajeaba quien te solaparía crímenes y violaciones; todo, en aras de la patria.

Así iniciaste tu oscura historia, tu ascenso a la impunidad, Miguel Nazar Haro. Para liquidar lidercillos y revoltosos, decías, no era necesario saber leer ni escribir. Bastaba con tenerlos bien puestos, apuntar con el revólver y sentirte influyente. Por eso, el comandante no dudó en mandarte para asesinar aquellos dirigentes del aserradero de Chihuahua. Soy el licenciado Palmer, vengo de la Secretaría de Medio Ambiente a atender sus demandas. Ese fue el pretexto para llevarlos al ministerio público y torturarlos. Con el gobierno no se juega, pendejos. Qué pensaban. Qué nos íbamos a quedar cruzados de brazos mientras hacían sus chingaderas. A ver, quiénes son tus cómplices. Nadie como tú para hallar culpables, incluso debajo de las piedras. ¡Decía mi madre que sólo el agua quita la mugre! Para justificarlo les vaciabas tehuacán en la nariz y los oídos, o los ahogabas en tambos con excremento y orines. Gracias a ese servicio patriótico no habría resentimientos.

“Por su gran valentía frente al delincuencia, se premia al sargento Nazar Haro”. Ese día, con vestido de gala, recibiste dos mil pesos, un diploma, una medalla y las felicitaciones del regente de la ciudad, Carlos Hank González. Al término de la ceremonia, de la Barrera intercedió por ti ante el “Negro” Durazo, jefe de la policía. “Mi general, éste es de quien le hable, es entrón, discreto y está dispuesto a obedecer”. Un mes después y ratificada la desaparición de algunos guerrilleros, una operación limpia a juicio de los superiores, ya ocupabas una oficina en la Dirección Federal de Seguridad, la “mano izquierda” del priismo. Ahora sí, pensabas, podrías ganar dinero sin tanto peligro, ni arriesgar que te reconocieran los familiares de los difuntos. Te conformabas con unos cuantos decomisos de marihuana, la captura de Lucio Cabañas y la desintegración de la Liga Comunista 23 de Septiembre. ¡Qué va! Entre 1965 y 1979, al mando de la Brigada 57, tuviste el privilegio de la impunidad.